¿Qué tan inteligente eres?
Por Alexis Viveros.
¿Quién tuvo más genio? María Montessori o Jean Piaget, Newton o Einstein, Marie Curie o Sor Juana Inés de la Cruz. Seguramente, ya elegiste a tu personaje favorito. La elección, cualquier que haya sido, nos permite asegurar que con frecuencia realizas comparaciones entre las capacidades de una persona con otras; probablemente, has sugerido a determinada persona parecerse a otra en lo inteligente. Aunque no sea así.
Durante años, la inteligencia se ha relacionado con la capacidad de una persona para obtener notas escolares altas: resolver problemas matemáticos, recitar de memoria datos históricos relevantes, o aprender algunas consideraciones sobre la geografía. El proceso de enseñanza-aprendizaje estuvo integrado por un profesor que ocupaba un papel protagónico y los alumnos, quienes eran considerados personajes secundarios, destinados a ser receptores de información.
En esa lógica, si el estudiante era capaz de obtener notas significativas, estaba más cerca del éxito profesional; de lo contrario, se condenaba al fracaso, resignándose a realizar trabajos menores sin la posibilidad de ingresar a la Universidad, porque tal condición no es alcanzable con el nivel de inteligencia que poseía. Esta idea generalizada en algunas comunidades del siglo pasado es limitada.
La concepción hasta ese momento sobre la inteligencia, se asoció a la capacidad de una persona para responder de manera acertada test de inteligencia y su medida es el Coeficiente Intelectual (CI). Los test se han limitado a medir las capacidades lógico-lingüísticas de las personas, ignorando otro tipo de habilidades necesarias para la vida; si bien es cierto, que en algunos casos predicen en forma oportuna el grado de éxito escolar, los resultados no son correlativos al desarrollo profesional.
A finales de la década de los años setenta, Howard Gardner, el científico estadounidense de la Universidad de Harvard, se realizó una pregunta que cambió la forma de entender la inteligencia: ¿Por qué cuando las personas son buenas para resolver problemas matemáticos se les considera inteligentes y a quienes se les facilitan las artes se les dice talentos?
La diferencia se encuentra en la idea limitada que existía sobre la inteligencia. Una persona con habilidades para el manejo en los números, es inteligente; también lo es, aquella que tiene facilidad para comunicarse frente al público. Ambas personas son inteligentes; sin embargo, hablamos de distintas inteligencias (en plural). La primera persona tiene dentro de sus inteligencias predominantes, la denominada lógico-matemática; la segunda, se relación a la inteligencia lingüística.
El gran descubrimiento de Howard Gardner consiste en demostrar que las personas no solo somos diferentes, sino además, tenemos diversos tipos de inteligencias. La teoría de las inteligencias múltiples, nos permite entender al cerebro humano como un ente con diversos ordenadores y no solo uno; por lo cual, es natural que alguno de éstos sobresalga en cuanto a la eficiencia y eficacia de su funcionamiento, es decir, existan inteligencias predominantes.
Las múltiples inteligencias transformaron el concepto tradicional sobre inteligencia: “Una inteligencia implica la habilidad necesaria para resolver problemas o para elaborar productos que son de importancia en un contexto cultural o en una comunidad determinada”. Este planteamiento se construye a partir de los problemas que debemos resolver los seres humanos; con base en ellos, se han identificado ocho inteligencias:
- Lógico-matemática. Las personas que desarrollan esta inteligencia pueden destacar en las áreas de física y matemática; ejemplo de ello, son: Marie Curie, Albert Einstein e Isaac Newton.
- Verbal-lingüística. Las personas que desarrollan esta inteligencia destacan en la comunicación oral y escrita; podemos identificar esta inteligencia en Jean Piaget, Sor Juana Inés de la Cruz y Pablo Neruda.
- Cinésico-corporal. Las personas que desarrollan esta inteligencia destacan en el desarrollo de las bellas artes y los deportes; algunos ejemplos son: Charles Chaplin, Muhammad Ali y Miguel Ángel.
- Musical. Las personas que desarrollan esta inteligencia destacan en la composición de sonidos, armonías y ritmos; Beethoven, Mozart y Pavarotti, son algunos ejemplos.
- Espacial. Las personas que desarrollan esta inteligencia destacan en la arquitectura, navegación, escultura y artes plásticas; son ejemplo de ello: Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes y Luis Barragán.
- Interpersonal. Las personas que desarrollan esta inteligencia destacan en tareas de dirección, organización y trabajo colaborativo; Teresa de Calcuta, María Montessori y Martin Luther King, son algunos ejemplos.
- Intrapersonal. Las personas que desarrollan esta inteligencia destacan en tareas relacionadas a la reflexión, filosofía, religiosidad e investigación en solitario; algunos ejemplos son: Buda, Confucio y Sigmund Freud.
- Naturalista. Las personas que desarrollan esta inteligencia, se desempeñan con éxito en áreas relacionadas con la vida y el ambiente: biología, ecología, geografía, etc.; Charles Darwin, Galileo Galilei y Luis Pasteur, son algunos ejemplos.
En tu caso, ¿cuál inteligencia predomina?